F) Enchiridion y De Doctrina Christiana XXXXXEstos
dos pequeños escritos tardíos de Agustín se hicieron
muy populares y tuvieron gran repercusión. Y son muy útiles
todavía hoy porque compendian de forma escueta toda la teología
madura de Agustín. El Enchiridion, "el manualito sobre
fe, esperaza y caridad", nació —igual
que otras muchas obras de San Agustín—
como respuesta a una petición de información mencionada
por Agustín tanto en el prólogo del libro como en Retractationes
(II 63). Un amigo llamado XXXXXDe doctrina christiana consta de dos partes de las que la segunda nació trenta años depués de la primera. La primera parte hasta III 25,35 vió la luz en el año 397; el resto, en el 426/27. Agustín interrumpió para ello la redacción de Retractationes: "Al caer en la cuenta de que no había completado los libros De doctrina christiana, opté por completarlos en lugar de dejarlos así y de pasar a revisar los otros. Así pués, completé el libro tercero, que estaba escrito hasta el pasaje en el que se cita del evangelio el testimonio de la mujer que "metió la levadura en tres medidas de harina hasta que todo fermentó". Añadí aún un último libro y completé esa obra con cuatro libros; los tres primeros de ellos ayudan a comprender las Escrituras; el cuarto dice cómo hay que exponer lo que se ha conocido" (retr II 4,1). En los tres primeros libros se habla, por tanto, de una hermenéutica básica de la Sagrada Escritura: (I) las verdades dogmáticas que hay que conocer en la Biblia: Dios, la Trinidad, encarnación y redención, Iglesia y escatología; (II) las tres verdades ético-morales: fe, amor, esperanza (III); los principios básicos de la exégesis. Para la exposición adecuada de lo conocido según estas reglas en el estudio de la Biblia se requiere (IV): la retórica y la literatura profana al servicio de la sabiduría auténtica, la divina, contenida en la Biblia; y la preparación concienzuda del predicador no sólo en lo tocante a las palabras del sermón, sino con la oración y con su propia ejemplar para santificación de los oyentes. Tres temas concretos de la obra merecen una acentuación expresa porque representan aquí con singular claridad los theologumena centrales de Agustín:
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