SALVATIERRA, GUANAJUATO (SIGLO XVII)

A. NOTAS GEOGRÁFICAS, HISTÓRICAS Y GENEALÓGICAS

       Los padres de María Ignacia Quintanar (1802-1865), nuestra tatarabuela más materna, fueron José Ignacio Delgado Silis (11771-1809), y María Josefa Quintanar Soto (1775-1802). Como sabemos, las circunstancias de su venido al mundo no fueron corrientes (cfr. el relato de su nacimiento). Lo cierto es que, desde que nacio, llevó su apellido materno (Quintanar) como primer apellido. El apellido de su padre (Delgado) quedó oculto para la posteridad, hasta que en 1999 encontramos, casi por casualidad, su partida de matrimonio en el Archivo Histórico de la Parroquia del Sagrario Metropolitano de la Catedral de México. Ahí se menciona claramente el nombre de su padre, y a ella se le menciona como D. María Ignacia Delgado y Quintanar. Ese era su nombre y sus apellidos. Veamos ahora de dónde procedía su primer apellido: Delgado.

       Los padres de José Ignacio Delgado Silis fueron el Dr. D. Manuel Delgado (1736-1788) y María Josefa de Silis Romero (1742-1781). El Dr. Delgado ejercío la medicina en tiempo del virreinato y era el segundo hijo de una distinguida familia de Querétaro, donde nació el día de Navidad, 25 de diciembre de 1736. Sus padres, don José Francisco Delgado Landa y doña María Francisca Rico de Rojas y Zúñiga, vivían en la calle de San Francisco, es decir, en una de las principales calles de Querétaro. Se habían casado en Querétaro el 14 de junio de 1731. En la partida de matrimonio se consigna el dato de que doña María Francisca era natural de Querétaro y don José Francisco, originario de Salvatierra, Guanajuato.

       En Salvatierra, actual Estado de Guanajuato, había nacido y luego fue bautizado el 17 de octubre de 1710. Sus padres fueron don Nicolás Delgado (Salvatierra, 1682) y doña Josefa Francisca de Landa y Sandi Sandoval (Salvatierra, 1685). Y sus abuelos: José de Santa Ana (México, 1642), Sebastiana Delgado (Querétaro, 1643), el Capitán don José Miguel de Landa (México, c.1658) y Francisca de Sandi Sandoval y Arenas Bonilla (Salvatierra, c.1659).

       Al parecer, sólo su abuela materna era originaria de Salvatierra, porque ahí tuvo lugar su matrimonio el 15 de enero de 1684. De hecho, había varios hombres con el apellido "Arenas" entre los fundadores de Salvatierra, el año de 1643: Pedro Díaz de Arenas, Alonso de Arenas y Raya y Martín Hoz de Arenas. La lista ha sido publicada entre otros por Melchor Vera en Guatzindeo, Salvatierra, Tipografía Moderna, México, 1939. Un copia del año de 1644 con varias diferencias se encuentra en el AGN, Ramo de Tierras, Vol. 185. Además, hay también hay algunos "Arenas" que dieron poder para obtener mercedes, solicitar oficios: Andrés de Arenas y Martín de Arenas.

       El municipio de Salvatierra se fundó en lo que los antiguos habitantes prehispánicos denominaban Guatzindeo o "lugar de hermosa vegetación", no fue sino hasta el primero de abril de 1644 en que se le concede el título de ciudad con el nombre de San Andrés de Salvatierra, en virtud de la ordenanza expedida el 9 de febrero del mismo año por el virrey García Sarmiento de Sotomayor. Esta licencia se otorgó conforme lo dispuesto por Felipe IV, rey de España, en su real cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642. Se señaló su jurisdicción en las diligencias que practicó don Pedro de Navia, fiscal de su majestad y justicia mayor de dicha ciudad el 19 de febrero de 1646 y se confirmó el 26 de noviembre de 1705. Veamos la historia de la fundación de Salvatierra tal como la relata Armando M. Escobar Olmedo Presidente de la Academia Michoacana de Historia de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística Capítulo Morelia.

       "Después de varios intentos por fundar una ciudad en la antigua Congregación de San Andrés de los Chochones, en la Jurisdicción civil de la Villa de Celaya y la eclesiástica del Obispado de Michoacán, a orillas del Río Grande, de Toluca o Madonté en el año de 1643, varios vecinos de los Valles de Huantzindeo y Tarimoro dieron nuevamente su poder al escribano Agustín de Carranza Salcedo, para que aprovechando la donación de unas tierras propiedad de Gabriel López de Peralta se terminaran las gestiones correspondientes ante el virrey García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra y se materializara el viejo anhelo de los lugareños de fundar, no una villa, sino una ciudad de españoles en una región muy rica en la producción agrícola y ganadera y que había sido asiento de antiguas culturas en un amplio y feraz Valle señoreado por la imponente mole natural del Cerro del Culiacán, cuya figura piramidal debió impresionar a los naturales, de tal manera, que le pusieron el emblemático y sagrado nombre de la partida de la peregrinación de las siete tribus nahuas. Ya en la anterior década de los años treintas, se intentó fundar en dicho lugar, una Villa, con un nombre no menos significativa para los hispanos que el de Villa de Madrid. El proyecto fracasó por la oposición de la Orden de San Agustín que al ser propietarios de cercanas tierras se verían afectados en sus intereses. La cercana Villa de Celaya tampoco estuvo conforme con esa pretensión, máxime que la naciente población sería Ciudad, rango mayor al que ellos tenían y vieron con alarma y menosprecio que cerca de su Villa naciera sin más, una población a la que se verían sujetos por tener mayor categoría.

       Años mas tarde con la llegada del nuevo gobernante se hizo un nuevo intento y con las mismas oposiciones. Sin embargo, ahora los deseos del virrey García Sarmiento de ver perpetuado su nombre y gestión pudieron más que aquellos y dio permiso para que se creara, en la ya citada Congregación, una ciudad con el nombre del lugar donde había nacido don García (Salvatierra, a orillas del Río Miño en Galicia) y del cual llevaba el título de Conde.

       La región que para entonces estaba ya muy poblada, quedaba en medio de un triángulo en cuyos vértices se encontraban: los pueblos de Acámbaro, Yuririapúndaro y la ya citada Villa de Zalaya o Celaya.

       Las personas que dieron su poder al promotor de la fundación, el escribano don Agustín de Carranza Salcedo para materializar sus gestiones obtenían el título de fundadores, distinción que llevaba unida a la posesión de mercedes de solares en la ciudad y tierras en su fundo, así como varios privilegios".

       Hay que hacer notar que los padres de Francisca de Sandi Arenas fueron don Pedro de Sandi Sandoval y soña Ynés de Arenas y Bonilla. Se casaron hacia e1658. Pedro de Sandi pudo ser el mismo que nació en México y fue bautizado en la Catedral de México el 25 de noviembre de 1637. Sus padres fueron Pedro de Sandi (c.1610) y Ana García de Cavanas. Pedro Sandi pudo haber sido nieto del fundador de Celaya, y Teniente de Capitán General de la Nueva España, don Francisco de Sandi, lugarteniente del virrey Enrríquez de Almansa, que combatía a los chichimecas en esa zona del país y partició en la fundación de Celaya, Guanajuato, en 1570.

B. LINAJES DE SALVATIERRA

       Para consultar los linajes de cada apellido, ver en la sección de apellidos.

       ORIGEN (Linajes que tienen su origen en Salvatierra)

—En sentido estricto no hubo ningún linaje originario de Salvatierra porque se fundo relativamente tarde (1643). Los linajes que residieron ahí provenían de otros lugares de la Nueva España.

       RESIDENCIA (Linajes que tienen su origen en otros lugares, pero residieron una temporada en Salvatierra)

—Arenas: desconocemos por ahora su lugar de procedencia.
—Bonilla: desconocemos por ahora su lugar de procedencia.

—Delgado: llegó a Salvatierra, procedente probablemente de Querétaro o Celaya, hacia 1650.
—Landa: procedían de la Ciudad de México, donde don José Jerónimo de Landa casó en 1654 con doña Francisca de Arroyo.
—Raya: desconocemos por ahora su lugar de procedencia.
—Sánchez Vargas: desconocemos por ahora su lugar de procedencia.
—Sandi Sandoval: procedían de la Ciudad de México. Sin embargo, en 1570, don Francisco de Sandi fundó la villa de Celaya, Guanajuato.


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